Los pronombres se clasifican en personales, posesivos, reflexivos, demostrativos, objetivos, relativos e interrogativos.
Como
clase de palabra,
el pronombre se caracteriza porque puede realizar distintos tipos de
señalamientos que se relacionan tanto con la situación de la
comunicación: los personales, los posesivos, los reflexivos y los
demostrativos como con el contexto discursivo: los objetivos, los relativos y los interrogativos.
La denominación general de pronombres responde a que dichas palabras
pueden funcionar como distintas categorías gramaticales, según el
contexto. Por ejemplo, como un sustantivo en:
Yo trabajo; como un adjetivo en:
Mi libro, e incluso, como un adverbio en:
Las llaves están allí.
Pronombres personales
Son los pronombres que indican a los
participantes de la situación de la comunicación, es decir, a los
interlocutores: hablante y oyente (yo, tú), o a la tercera persona (él,
que no es hablante ni oyente). Sintácticamente, estos pronombres
funcionan en la oración como sujeto, objeto o complemento de
preposición. Los pronombres que cumplen la función de sujeto se
denominan tónicos, porque en la lengua oral llevan un acento de mayor
intensidad. Así cuando decimos:
Él pintó ese cuadro o
Traje flores para ella,
tanto él como ella tienen un acento fuerte. Por el contrario, los
pronombres objetivos, se caracterizan por su acento débil, por lo que se
denominan átonos:
Me lo trajo, Quiero decírselo.
Pronombres reflexivos
Acompañan
a ciertos verbos de uso frecuente en español. En algunos casos, la
acción denotada por el verbo recae sobre el mismo sujeto, por ejemplo:
lavarse (
Me lavo las manos). En otros casos, el pronombre que
acompaña al verbo suele marcar alguna diferencia de significado con la
versión sin pronombre: llamar/llamarse, ir/irse, etc. Los pronombres
reflexivos son: me (yo), te (tú), se (él) nos (nosotros), os (vosotros),
se (ellos).
Pronombres posesivos
Indican posesión o
pertenencia relativa al hablante, al oyente o a la tercera persona.
Pueden funcionar como adjetivos, en ese caso se anteponen al sustantivo:
Mi libro, o como pronombres (adjetivo o sustantivo):
El libro es mío. ¿Es tu libro? Sí, es el mío. Los pronombres posesivos concuerdan en género y número con lo poseído:
Juana tiene un libro. El libro es suyo.
Pronombres demostrativos
Marcan una relación de proximidad / distancia respecto de los interlocutores.
Este señala lo que está cerca del hablante,
ese lo que está cerca del oyente y
aquel lo que está alejado del hablante y del oyente. Cuando los
demostrativos se construyen con un sustantivo concuerdan con él en género y número:
Este niño, Aquellos perros.
Pronombres indefinidos
Son
los pronombres que aluden a personas o cosas, sin identificarlas. Ellos
son: algo, alguien, algún; nada, nadie, ningún; cada, otro; muchos,
pocos, varios, bastante, demasiado, todo.
Cuando los
pronombres indefinidos nadie, nada o ningún se posponen al verbo, deben combinarse con el adverbio de negación no:
No vino nadie a visitarme.
Sin embargo, cuando preceden al verbo excluyen la presencia del adverbio de negación:
Nadie sabía alemán.
Pronombres relativos
Estos
pronombres se llaman relativos porque establecen una relación entre una
estructura subordinada, llamada proposición y un sustantivo al que
retoman dentro de la proposición. La lengua española cuenta con la
estrategia de poder evitar la repetición del mismo sustantivo expresando
dos ideas mediante una única oración:
Juan me regaló un libro. El libro no me pareció bueno. El libro que me regaló Juan no me pareció bueno. Los
pronombres relativos son: que, quien (el) cual, el/la/lo que, cuanto, cuyo, donde, cuando y como.
Pronombres exclamativos e interrogativos
Esta
serie de pronombres es “gemela” a la de los relativos, a excepción de
cuyo. La diferencia es que se escriben siempre con acento y encabezan
interrogaciones o exclamaciones:
¿Quién vino?, ¿Dónde vive?